En ocasiones las personas mayores o personas con movilidad reducida se encuentran con la necesidad de mejorar
la accesibilidad de su baño. Se trata de una reforma sencilla que consiste en cambiar la bañera por un cómodo plato de ducha y añadir el tipo de muebles que faciliten la movilidad.
Un
baño accesible debe contar con unas características básicas para permitir su uso con la máxima comodidad a las personas de movilidad reducida y también para los que empiezan a tener dificultades de movimiento pudiendo así evitar al máximo caídas y resbalones:
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Las dimensiones del baño deben ser adecuadas para poder maniobrar con facilidad en una silla de ruedas tanto alrededor de la ducha como en el resto de sanitarios. Habrá que tener en cuenta las dimensiones de puertas y un espacio de rotación amplio libre de obstáculos.
- La ducha y el plato de ducha deben estar a la misma altura que el pavimento dejando un espacio al lado que permita la movilidad y con acabados sin bordes tanto en el pavimento como en el acceso. Hay muchos tipos de platos de ducha muchos de ellos platos de ducha a medida perfectamente integrados pero los que permiten garantizar la accesibilidad son los fabricados con pavimento cerámico antideslizante y pequeños desniveles que ayudan a desaguar el agua.
- Los platos de ducha de obra facilitan el uso diario de la ducha a personas con movilidad reducida gracias a su amplitud, accediendo a ellos en silla de ruedas o mediante la instalación de asientos plegables en su interior, perfectos para personas con dificultades de equilibrio y que necesitan ducharse sentadas.
- Los lavabos no deberán tener armarios debajo para facilitar su uso. Se utilizarán muebles auxiliares para almacenaje en lugares donde no se perjudique la movilidad y situados siempre a una altura adecuada.
- Barras de apoyo antideslizantes situadas junto a los principales sanitarios.
- Los espejos deberán estar ligeramente inclinados y pensados para ser utilizados desde la silla de ruedas.
La correcta accesibilidad del baño favorece la autonomía y el bienestar
Las mamparas de ducha de un baño accesible deben cumplir al menos uno de los siguientes requisitos permitiendo que sean mucho más funcionales sin repercutir en su coste. Hay muchos tipos de mamparas de ducha pero los más recomendables para permitir un baño accesible son:
Mamparas de ducha a medida, deben tener un ancho suficiente para poder entrar en ellas en silla de ruedas y contar con asas especiales de fácil manipulación. Además,
la puerta debe abrirse hacia afuera para posibilitar el libre acceso en ambas direcciones.
Mamparas de ducha correderas, muy adecuadas para personas con movilidad reducida o personas mayores ya que minimizan el esfuerzo pero deben estar correctamente integrados en el pavimento sin que el carril de desplazamiento pueda convertirse en un obstáculo.
Mamparas de ducha plegables, son muy fáciles de usar y tanto su cierre como su apertura deben realizarse con un mínimo esfuerzo para facilitar al máximo su uso a las personas con problemas de manipulación.
En algunos casos, los baños para personas con alta discapacidad no cuentan con mamparas de ducha móviles, sino que se prefieren mamparas de ducha fijas y sin puertas.
Cuando se piensa en
cambiar la bañera por una ducha de obra, y convertir el baño en un lugar que permita la autonomía debe también pensarse en todos aquellos elementos
accesorios como barras de apoyo antideslizantes, griferías, enchufes e interruptores, toalleros y muebles de baño que deben instalarse a alturas accesibles.